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CAF renueva su laboratorio metalúrgico con ZwickRoell

El grupo CAF basa su negocio principalmente en el diseño, fabricación y mantenimiento de sistemas ferroviarios, abarcando la práctica totalidad de servicios, componentes y sistemas involucrados en este sistema de transporte. Con un ámbito de actuación a nivel global, con proyectos en los cinco continentes, CAF es en la actualidad uno de los líderes mundiales del sector.

Dentro del grupo CAF, la Unidad de Componentes, donde se sitúa el laboratorio metalúrgico del grupo, se dedica al diseño y fabricación de ruedas, ejes, reductoras y ejes montados de ferrocarril, suministrando los mismos tanto al grupo CAF como a otras empresas fabricantes y mantenedoras de ferrocarriles. La Unidad dispone de una acería propia, forjas, unidades de tratamiento térmico, mecanizado y verificado, lo que añadiendo el diseño, significa que dispone del 100% de las tecnologías necesarias para la fabricación de estos componentes, situándola en una posición aventajada respecto a sus competidores (mayor abanico de servicios, flexibilidad, menor dependencia de terceros, plazos,…).

Dentro del Programa de inversiones de la Unidad, en 2011 se acometió la renovación total del laboratorio metalúrgico haciendo necesaria la inversión en nuevo equipamiento de ensayos. En este sentido, se eligió a ZwickRoell para la adquisición de dos nuevas máquinas de ensayos de tracción, un péndulo Charpy y un microdurómetro.

Los motivos para la selección de ZwickRoell fueron principalmente la versatilidad que ofrecían sus equipos minimizando la necesidad de cambios de utillajes a la hora de realizar distintos tipos de ensayos, seguridad en el manejo de los mismos sin perjuicio de la productividad y la garantía de respuesta de un servicio técnico en caso de que fuera necesario. Si bien un laboratorio requiere de técnicas y procesos especializados, el hecho de encontrarse en un ámbito industrial implica el estar sujeto al ritmo de la producción de la empresa y, por lo tanto, formar parte de la cadena productiva por lo que el contar con equipos que no den problemas y que en el caso de que los den, la respuesta del servicio técnico sea rápida es algo tan importante, o más, que la propia capacidad técnica de dicho equipamiento.

Los equipos de tracción adquiridos consisten en una máquina Z250 con mordazas manuales para el ensayo de probetas planas y una máquina Z600 con dos áreas de ensayo: una para la realización de ensayos de tracción de probeta cilíndrica que lleva adaptada un extensómetro automático y otra para la realización de ensayos de compresión. La configuración seleccionada para ambas máquinas nos permite abarcar la mayor parte de los ensayos que realizamos sin tiempos muertos dedicados al cambio de utillajes. En lo que respecta al péndulo, el RKP300, ha supuesto para el laboratorio la realización de estos ensayos de una forma totalmente segura para el analista manteniendo la rapidez que supone la carga manual del péndulo. El péndulo cuenta con un sistema automático y rapidísimo de carga tras la rotura de la probeta y se encuentra totalmente cerrado evitando así posibles accidentes por impacto de la maza. El microdurómetro adquirido se trata del ZHμ-M. Si bien es el sistema básico de este tipo de equipos debemos destacar su robustez, repetitividad y posibilidades de expansión para su posible automatización.

En la actualidad llevamos ya más de un año trabajando con los nuevos equipos con un grado de satisfacción que puede considerarse como alto. La productividad del laboratorio, la fiabilidad en los resultados y las condiciones de trabajo para los analistas han mejorado sustancialmente con el nuevo equipamiento por lo que estamos en posición de afirmar que hemos acertado con la inversión realizada.

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